sábado, 14 de noviembre de 2015

El Fin De Los Mundos. Capitulo 3 - El Magus.

¿Qué es casa sino el lugar que dejamos cuando nos dicen que debemos?
Gary está cansado tras tres días de viaje, aquel puente que unía la pequeña isla con el continente está calcinado y destrozado. Todo el lugar está lleno de cenizas en el aire y un olor desagradable. Apenas tiempo atrás esas cenizas vanas y ardientes fueron su hogar; ahí estaba su familia. Ahora son nada, un punto oscuro entre una gran mancha de existencialidad.

Gary... trato de no llorar. No lo hizo en el momento, vio lo que quería ver y que le había torturado noches anteriores durante sueños. Cuando pisó la tierra de la isla que era su granja algo apareció entre aquellas llamas que reducían la madera a cenizas. Una figura se formaba de entre fuego y cenizas.
Su madre estaba ahí. Era joven de nuevo, como el joven Magus la recuerda apenas siendo un niño. Aquel aire de persona mayor se había desvanecido entre su cadáver que ahora solo era un pedazo de polvo que la lluvia y el tiempo limpiarán.

 - Hola, -Dijo- pequeño...
 -¿Mamá? -Preguntó el joven magus.
 - No podré escucharte cuando escuches esto. Lo siento, pero solo es una manifestación mía para ti. No puede durar todo lo que yo quisiera, pero funcionará provisionalmente.
 - Vale, lo tengo.
 - No te escucha -Le dice la gata- solo es una representación de su alma que está aquí para hablar contigo de forma programada, solo dirá lo que tenga que decir una sola vez.
 - Tal vez te preguntaras como es que ahora eres un elemental. -Narra su madre- Nunca quise decirte que tu abuelo fue un gran elemental, pero no sabía cómo enseñarte a serlo porque yo jamás aprendí de manera correcta. El Profesor viene hacia aquí ahora mismo, y decido grabar esto entre cenizas para explicarte que tu eres un elemental, y espero que seas el más grande de todos ellos porque para eso te enseñe todo lo que debías aprender, el cómo ser una buena persona. Quiero que tu seas el bueno de esta historia, porque los malos no pueden ganar. No dejes que el profesor encuentre la última piedra, o todo podría estar perdido para todos. Te quiero, hijo. Y quiero decirte que me enorgulleces como madre... y no quiero ser madre de nadie más que de ti.

Así como se formó, de la misma manera desvaneció aquella figura hecha de cenizas. El joven magus se arrodilló y suplicó a la emulación de su madre que no se fuera... muy tarde, su madre ya se había ido hacía mucho rato atrás. Y el fuego no cesaba.

- ¿Qué pasaría en caso de que "él" obtenga la piedra? -Pregunto Gary con curiosidad.
- Nadie sabe, -Respondió la gata- podría ser que se vuelva muy poderoso. O podría tener el poder de Aquila. Los textos son ambiguos respecto a ello.
- ¿Y porque peleamos, entonces?
- Porque no podemos dejar que tenga ninguno de ambos. Ni el poder de un dios ni el poder absoluto. ¿Has visto lo que paso aquí? ¿El desastre que paso? ¿Los muertos que dejo?
- !Callate¡. -Reclamo él.

Entonces ella le dio una cachetada.
Luego lo beso.
Las mujeres pueden ser complicadas, ¿No lo creen?
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En un interesante aunque silencioso camino a casa, no quedaba más que hacer que preguntar. ¿Comó le preguntas a una chica si le gustas, si corres el riesgo de ser apuñalado? No quisiera saberlo. Gary si quería, de hecho, al llegar al punto en el que había que acampar decidió que era momento de preguntar.

- ¿Porque el beso? -Dijo, aclarando su voz. Llevaba rato sin hablar.
- ¿Qué? -Pregunto ella, extrañada.
- Después de golpearme, me besaste. ¿Recuerdas?
- ¿No te gusta lo agresivo? -Dijo ella recostandose sobre la tierra.
- No cuando solo me golpeas, y luego me besas. ¿Besas a cada uno de los chicos que conoces?
- ¿No puede una mujer disfrutar de su sexualidad sin ser tachada de algo que no es?¿Una puta, por ejemplo?

Gary pensó un momento. Luego respondió a aquel sarcasmo y se tomó el tiempo para sus ironías.

- Una llave que abre cualquier puerta es una llave maestra. -Dijo, apuntando a su entrepierna- Una puerta que abre con cualquier llave no sirve para un carajo.
- Vaya pensamiento más machista el tuyo.
- Y el tuyo es muy feminista.
- ¿No te gusta una "nena" que lleve el control, Mago? ¿Tienes miedo? ¿Alguna vez tan siquiera has estado con una mujer?
- Claro. -Mintió, y se sintió apenado por hacerlo- Varias veces.
- ¿Y quien tomó la "delantera"?
- Yo.
- No dije si la agarraste por delante. Sino si tomaste la delantera.
- Claro que lo hice.
- No es cierto. No me mientas.¿O no has estado con nadie?
- Un poco de ambas. -Dijo el, mientras apagaba el fuego de la fogata con un chasquido de dedos - ¿Y tu? ¿Estuviste alguna vez con un hombre?
- Casi. Casi me tomo, pero no pudo... no estaba en sus lapsos morales el hacerlo.
- Podríamos arreglar eso. -Dijo el en broma, y se recostó sobre el suelo.
- ¿Es una proposición, magus?
- Es un chiste.

Cerró los ojos, y cuando los abre ve a la chica enfrente de sus narices, a punto de "tomar la delantera". Entonces se dio cuenta de que la quería, la quería en serio.
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Llegaron al templo tras un par de ratos más de cariños.Todo el camino hablaron de un mar de cosas que ambos querían saber, discutieron de otras tantas y se aseguraron de algunas más. Al llegar al templo y ver a Wind y a Dewey yendo a algún lugar se dieron cuenta de que realmente ya había acabado su tiempo de recreo. Tenían que volver en sí.

- ¿Hacia dónde van? -Preguntó Gary.
- Hacia donde está la otra piedra, antes de que sea tarde. -Dijo Dewey.
- ¿En dónde está? -Pregunto la gata, antes que el chico.
-  En el templo de fuego. -Responde Dewey y les señala la dirección, para que les acompañen.

Nubes se forman de manera rápida durante el camino. Todos tienen cierto temor porque el profesor aparezca de repente. El templo de fuego no queda tan alejado como la granja quedaba, pero sigue siendo un camino largo.
Los jóvenes amantes se retractan de conversar, o demostrar su infinito cariño, tienen miedo a la reacción de sus maestros.

- Sentí una cosa rara, una perturbación en la magia. -Dice Wind sin quitar la vista del camino, mientras los amantes se miran de reojo- Era una mezcla rar de emociones muy rara de encontrar. Amor y odio juntos pero no mezclados. ¿Saben ustedes que podria ser?
- No. -Miente Gary. -Posiblemente el profesor.
- No se siente amor en el. -Responde Dewey.

Llegan al borde, el malecón de la costa de Ciudad de Hierro, o lo que queda de ella. Entonces comienza a llover. Todos miran hacia arriba para confirmar que es lluvia y no el Profesor. Pero cuando voltean a ver el camino, el Profesor está ahí, parado enfrente de ellos. Con dos matones al lado con armas de fuego.

- Bonito clima. -Dice el.- Me gusta, puedo sacar provecho de él.
- !Sea lo que sea que busques lograr, no lo lograras¡ -Grita Dewey.
- Eso es un pensamiento redondo. -Corrige la gata.

El magus intenta atacar, montado a caballo. Pero las armas de fuego asesinan al pobre caballo antes de acercarse. Gary cae, y antes de que ellos disparen ya tienen una daga cada quien en su pecho. La gata le salvó la vida al chico de nuevo. Y la daga que iba para el Profesor jamas llego, un chorro de agua la detuvo. El Magus confronta al Profesor de frente, pero es fácilmente derrotado.

- Mandar un niñato no te da valor, viejo amigo. -Dice el, y patea fuertemente a Gary, rompiéndole un par de costillas. Es muy fuerte, posiblemente eso es lo que las gemas hacen, darle fuerza.

Dewey ataca, pero el profesor en su forma elemental contraataca de manera salvaje y animal. Le asesina rompiéndole el cuello. Su poder es demasiado. Gary intenta atacar por la espalda, pero recibe otra patada y ni siquiera le voltean a ver, como si fuera un perro en la calle.
Wind obtiene su forma elemental, y el profesor también. Se masacran el uno al otro golpe tras golpe.
La gata ayuda a Gary a ponerse en pie, y encuentra una cloaca para escapar, considera que el ataque de Wind solo es para que ellos escapen. Levanta la tapa, pero no saca al Magus de ahí. Espera a Wind para poder escapar todos juntos.

Los golpes de ambos elementales chocan, y resuenan el uno con el otro, el aire con el agua, enfrentándose. Hasta que el aire se cansa, Wind desvanece un momento, habiendo usado su poder. Y el profesor le vuela la cabeza de un golpe con un chorro de agua.
Ella le da un beso de despedida al chico, le dice un te quiero al aire y le deja caer en el alcantarillado, herido y sin un rumbo fijo.

- Mataste a las últimas dos personas que me importaban. -Reclama ella.
- ¿Mate a alguien mas que te importara? -Pregunta el Profesor.
- Mataste a todo mi pueblo, mataste una ciudad entera con tal de que no quedaran elementales. Estas aqui, aqui naci y aqui vivi hasta que mataste a mi gente.
- ¿Eras de aquí? Lo siento. ¿Contenta?
- Pudrete.
- Si no aceptas mis disculpas tan siquiera podrías reunirte con ellos en corto.

Gary escaló las escaleras de emergencia con tal de volver al campo de batalla, pero no pudo mas, solo su cabeza salió del alcantarillado y su cuerpo se quedó ahí debajo, con miedo de salir pero queriendo salir a defender a la mujer que le quería. O que el quería.

Ambos elementales toman sus formas. Pero el agua no puede confrontar directamente al metal, al hierro. Es sólido y aun a presión solo logra rayar un poco el cuerpo de la chica. El Profesor no hizo gran esfuerzo antes de volver a su forma original y darle la penúltima piedra a la chica, admitiendo rendirse. La chica volvió a ser humana... y un puño elemental de agua le atravesó el pecho sacándole el corazón.

- !Gata¡ -Grito a todo pulmón, pero su grito no le devolvería la vida.
- ¿Es que aun no te mueres? -Preguntó el mago, y lanzó un chorro de agua a la cabeza del chico.

Gary cayó de nuevo al fondo de la alcantarilla, no voló su cabeza, aún la tenía intacta, pero estaba lastimado. Sus amigos habían muerto, su corazón estaba destrozado y su voluntad estaba despedazada. Se sintió confundido, ¿Cómo puede el fuego confrontar el agua? Debería de haber algo que le ayudará a pensar, pero no podía ser un elemental ahora. No podía caminar, y no podía tomar su forma elemental al 100%.
Estaba rodeado de agua sucia.